lunes, 18 de mayo de 2015

"LA PARROQUIA"

El Templo Parroquial de Santiago Apóstol  ha sido durante siglos vigía  y guardián del Valle de Santiago,  su fachada es de estilo barroco y su torre de estilo neoclásico, fue erigida hacia 1730 como una respuesta hispana tardía a la construcción del  modesto templo de Hospital. Por ello se planeó y realizo tan soberbia  como es. Su torre principal es una de las más altas del estado de Guanajuato con 74 metros de altura. Menciona el cronista que cuando vino el General Obregón al Valle en su campaña contra el General Rodolfo Fierro, decía que el Valle le gustaba mucho por sus altas y esbeltas torres.






















Su construcción inicio como ya lo mencione en 1730;  los ricos españoles y el pueblo en general pusieron en manos de Don pedro Lascuraín de Retana su construcción al nombrarlo “mayordomo de lo material”. Pero a su muerte en 1744 solamente se tenían dos cuerpos de la torre; tiempo después su construirían los dos cuerpos faltantes pero con menor calidad.










En los tres cuerpos que conforman la fachada principal de la parroquia podemos encontrar diferentes  tipos de columnas que acompañas a las 6 imágenes de los santos  que se encuentran en sus nichos; en el primer cuadro justo arriba de la clave de la puerta podemos observar un “angelote” con estilos y proporciones que denotan mano indígena y justo en la frontera de los dos cuerpos se encuentra un nicho con la imagen del Señor San José.




En el tercer cuerpo se encuentra  en el centro el escudo papal y para rematar un poco más arriba esta una Cruz de Caravaca que representa al apóstol Santiago.




El conjunto religioso cuenta con dos torres la del campanario y la del reloj; la torre del reloj se mandó a construir por el centenario de la independencia nacional, de estilo neoclásico  la cual cuenta con dos caratulas de reloj  y debajo de estas una placa que nos dice que fueron inaugurados el 15 de septiembre de 1910 y donados por don  J. Refugio Aguilar. Desde la calle Ocampo o por la calle Carranza se ve con claridad, debajo de la carátula del reloj,  un águila que lleva asida entre sus garras el aro de una representación de un reloj de bolsillo: la vida que rapazmente devora al tiempo, el tiempo que vuela, que se va. Por otra parte la torre del campanario conjuga los estilos neoclásico y barroco;  cuenta con 6 campanas de las nueve que eran originalmente a la que se encuentra por el lado de la calle Juárez se le llama “la conchita” por estar consagrada a la Purísima Concepción, “La mayor” se encuentra en el centro de la torre  y su sonido puede llegar a escucharse por toda la ciudad; ya por último la torre es rematada en lo alto  por una cruz de hierro que cuida y protege a todo el pueblo fiel de Valle de Santiago.







Su interior es sobrio y los alteres son de piedra volcánica a excepción del altar mayor que está hecho completamente de mármol, sus paredes están decoradas por bellos frescos realizados por el pintor zacatecano Candelario Rivas, el mismo que hizo los magníficos lienzos que decoran el recinto del Señor del Hospital en la ciudad vecina de Salamanca.




Son 10 lienzos los que existen en la Parroquia además de la maravillosa cúpula y de los cuatro evangelistas que rematan a esta que fueron pintados por Candelario Rivas hacia 1920, se dice que no fueron totalmente trabajados allí, sino en el taller que él y su hijo, José, tenían en León, Gto.  Podemos ver el altar dedicado a la Virgen de Guadalupe, los Arcángeles que la custodian son Miguel y Gabriel, aunque los atributos de ellos no están del todo claros.


También está el altar dedicado a la Dolorosa, custodiada por Arcángeles uno  con la corona de espinas y el otro con la cruz. En el altar franciscano, encontramos también a Santa Teresa y San Antonio y en los lienzos de Candelario Rivas vemos a San Francisco de Asís y Santa Clara.

En un  cuarto altar “dominico” vemos, está dedicado  a Nuestra Señora del Rosario, al lado Nuestra Señora de las Mercedes y San Martín de Porres, en los lienzos aparecen Santo Domingo de Guzmán y Santa Rosa de Lima.

Estamos encontrando, una vez más, en don Candelario Rivas, un profundo conocimiento, además de lo artístico, en lo religioso, fue una persona que conocía perfectamente las reglas a seguir en cuanto a representación de santos, atributos y jerarquías se refiere. Hay un balance en lo expresado, además de que se mantiene aquella regla, ordenada por Inocencio III hace ya 8 siglos, en que siempre deberán estar presentes, nunca individualmente, las imágenes de San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán.

Son también obra del maestro Rivas los medallones que, en las pechinas aparecen los cuatro evangelistas y en la cúpula la magnífica representación de la Transfiguración del Señor, copia de la del pintor Rafael Sanzio  hecha en 1517 – 1520 que se encuentra en los museos vaticanos.




Existen otros dos óleos en los altares  laterales a la derecha esta San Vicente Ferrer y la izquierda Nuestra Señora de Lourdes, justo debajo de esta pintura esta la imagen del Aposto Santiago conocido como “El ORIGINAL” por ser este el que fue encargado por Don Pedro Lascuraín de Retana de España.


La puerta principal posee un detallado manejo de la talla de madera, en la cual podemos encontrar hasta arriba a los apóstoles Pedro y Pablo, en las puertas encontramos también un cabeza tanto del lado derecho e izquierdo de la que se cree que es del apóstol Santiago y la de San Pablo, también encontramos en el segundo cuadro de cada extremo el busto de San Agustín y de San Ambrosio y por último en el tercer cuadro hasta abajo encontramos unas llaves  haciendo alusión al  Apóstol  Pedro y una vasija asiendo alusión a la carta de San Pablo que asegura que “somos como un tesoro oculto en vasijas de barro”.


Es por ello que “La parroquia de Santiago Apóstol” es toda una joya del Valle, la cual resguarda un tesoro y una historia invaluable de la cual todos los vallenses nos sentimos orgullosos; pero lo más valioso no es su belleza  ni su historia sino que es legado de la fe que nuestros antepasados  nos legaron y  de la cual nos sentimos orgullosos y honrados y que somos responsables de transmitir a las futuras generaciones.


 Puerta de las Epístolas.



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